sábado, 21 de noviembre de 2009

Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo

Estos son algunos de los aprendizajes adquiridos en la clase de sistema económico mundial durante estos 2 meses:

1. La clase construye la clase. Es decir, los alumnos que componen cada grupo son los que configuran de lo que se hablará en la hora y media que dura la asignatura.
Sobretodo en las primeras semanas dedicadas a comentar las noticias que nosotros llevabamos a clase. Para los alumnos: nosotros tenemos el tema o temas de los que se van a hablar en el día (excepto los días encargados de investigar sobre las marcas o la responsabilidad social corporativa). Para el profesor: no se satura de dar en un día lo mismo, cada grupo es diferente y traerá noticias diferentes.

2. Impulso inicial-motivacional-desanquilosante como prólogo a la clase. Una pequeña dosis de poetas, cuentos o curiosidades. Algo fuera de los sólidos márgenes de la teoría cerrada y parsimoniosa - sobretodo si sales de una clase con un busto parlante como profesor.
"Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día"

que diría el gran Gabriel Celaya. Dosis de palabras en apariencia alejadas de la asignatura, pero con una conexión sutil, relacionandose al fin y al cabo (al menos yo lo siento así). Para el alumno: inicio de clase relajado, para ir entrando poco a poco a temas más complejos. Un calentamiento inicial, y también una posibilidad de margen tanto para el profesor como para los que llegan tarde para tener esos minutos iniciales de cambio de clase en los que a veces no llegamos a la hora. Una espera con contenido, un calentamiento para los que están. Una sorpresa para los que llegan a la mitad (sobre todo el día del Chi-kung, jejeje). Una pequeña-gran pérdida para los que llegan tarde de las millones de pequeñas-grandes cosas que ocurren y existen en el mundo. Una posibilidad para el profesor de enseñar algo más, de darse a conocer, y de dar a conocer cosas diferentes.

3. Desarrollo de pensamiento en red, circular, des-fragmentado. Sobretodo con las noticias. Me ha encantado la rosa de los vientos. Mi forma de aprender es fundamentalmente visual, gracias a este esquema visual de la rosa de los vientos he aprendido a ordenar de otra manera mis ideas, conceptos, pensar en las noticias como algo relacionado entre sí y no simples informaciones inconexas, a sacar palabras clave del conjunto, y sobretodo y para mí lo más importante de estos ejercicios: relacionar noticias aparentemente locales o específicas con una red mundial de situaciones que se entretejen, se relacionan, se retro-alimentan, chocan... en definitiva, adquirir y desarrollar una comprensión global de lo que parece de un nivel “local”. Durante la conferencia de Edgar Morin, cuando hablaba del pensamiento fragmentado y el pensamiento complejo me recordó a este ejercicio que hacemos en clase. Me gustaría que siguieramos haciéndolo, pues desarrolla nuestro espíritu crítico o de agudeza relacional, algo muy necesario en la educación, y sobretodo en sociología.

4. La asignatura no acaba al cruzar la puerta del aula 201. La conexión continua a través de los blogs que hemos creado todos. Son muchas las ventajas de estos blogs: aquí podemos colgar los ejercicios que nos manda el profesor, y no sólo eso sino también más cosas que queramos colgar, que hayamos investigado, cosas de otras clases, imágenes, pensamientos, articulos, páginas de interes...cosas de toda índole. De esta manera nos damos a conocer - aunque todo depende del nivel de implicación de cada uno con su blog, yo personalmente he ido más allá de lo que mandaba Roberto porque se ha convertido no sólo en un blog para la asignatura, sino en mi blog. De hecho, esta es la primera experiencia que he tenido de blogera - tuve hace años un fotolog y skyrock - pero nunca había usado este tipo de blogs y de esta manera más seria y adulta. Al colgar cada uno sus cosas, no las lee solo el profesor, como podría ocurrir al entregar un proyecto en papel. El alumno curioso (y con tiempo) tiene la posibilidad de navegar en los blogs de los compañeros y ver qué han escrito y aprender también de ellos. El aprendizaje de esta manera no viene solo de una fuente única: el profesor. Sino que también de los que componemos las clases: los alumnos. Así que se produce una experiencia de retro-alimentación muy sana.
Y este curioseo de blogs no podría ser posible si no existiera un "blog nodriza": el blog principal en el que Roberto va colgando cositas nuestras y también suyas, y en el que a un lado tenemos todos los blogs creados. Si no existiera este blog, no habría nexo de unión entre los compañeros. Si hubiera querido, Roberto se queda para él la dirección de los blogs y aquí no se sabe nada de nadie. Pero no, tenemos acceso a los blogs de los compañeros. Excelente forma de conectarnos todos fuera de clase. Creo que aquí Roberto está aplicando también de forma muy inteligente el "trabajar en nube". La información, los trabajos están en la red, no en el disco duro de cada ordenador, sin distinguir en accesibilidad del alumno-profesor.


5. El texto sale a la acción, de lo teórico a lo pragmático: En las últimas semanas hemos leído los textos de Longo, Sacristán, Sweezy y del propio Roberto. Los comentamos en clase, pero me sorpendió el hecho de pensar que las clases de los miércoles iban a estar separadas de las de los jueves (trabajo en grupo). Nada más lejos, después del análisis se nos pidió una reflexión aplicándola al trabajo en grupo que estabamos haciendo. Touché. Y nos dimos cuenta de lo importante que es darse cuenta de que es posible aplicar lo que hemos leído a lo que hacemos.
Aprender haciendo es la norma: Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo.


6. ¿Dónde está el alumno? ¿De dónde sale esa voz? Este punto es más bien tirar piedras a mi tejado, pero es un recordatorio necesario para los alumnos y algo que este año me está llamando especialmente la atención. Y lo he sentido en más de una asignatura. LOS ALUMNOS DEBEMOS SER MÁS PRO-ACTIVOS. Me doy cuenta de que muchos de nosotros estamos encantados de cómo da las clases Roberto. Son amenas, curiosas, te ríes, reflexionas, hablas, dibujas, puede que te toque se observador...desde luego no dejan indiferente.
Pero luego vamos a otras clases y nos encontramos con los "bustos parlantes" y los "profesores karaoke" que van leyendo sus "modernas" presentaciones de Power-Point que no son más que una metamorfosis digital de sus amarillentos apuntes de toda la vida. Estamos en una de esas clases, aburridos, escuchando, intentando seguir el hilo, salimos de ellas y empezamos a despotricar contra el profesor "vaya coñazo, que tío más pesao, casi me duermo, yo he estado dibujando,yo ya no vuelvo a esta clase...". Le echamos todas las culpas al profesor - CRASO ERROR!
Si nos quejamos tanto del sistema anti-pedagógico de los profesores, no tenemos que hacer grandes campañas, grandes discursos en auditorios o en asambleas...en mi opinión, deberíamos pinchar a los profesores en clase, pedirles otra forma de dar las clases, más participativas, darle la vuelta a la tortilla! Está claro que si el profesor no es capaz o se niega después de darle el toque, sí que podremos llamarle la atención sobre su anti-pedagogía, pero nosotros tenemos la mitad de culpa por no decir nada en las mismas clases. Si queremos cambiar algo, tenemos la posibilidad de hacerlo desde dentro, desde las mismas entrañas de la enseñanza universitaria: las aulas (o Jaulas, como está escrito en algunas)
Nos quejamos de los profesores que sientan cátedra, pero tampoco nos atrevemos a hacerles reflexionar a ellos mismos o a exponer nuestras reflexiones. Estoy en contra de la idea del alumno como recipiente vacío que el profesor rellena con sus eruditos conocimientos. Pero muchas veces nos dejamos llevar por esta actitud...¿por pereza o por miedo?
Creo que tanto los alumnos como los profesores nos tenemos que despojar de esos dos lastres: la pereza y el miedo.
Y ya que no podemos cambiar las cosas con palabras, hagamoslo con hechos, pinchemos un poquillo a los profesores, hablemos en las clases, cuestionemos, desde luego no quedarse callados durante y despotricar después.
Y esto ha pasado más de una vez también en las clases de Roberto - no nos atrevemos a cuestionar al profesor, o a exponer nuestro punto de vista, ya sea contrario o con matizaciones. Nos falta más audacia, siempre con precaución de no caer en la soberbia. Siempre dentro del círculo de la humildad y la sinceridad, fuera de la intención de dejar en evidencia al profesor sino de aprender todos. Como diría Aristóteles: la virtud está en el término medio.


*Aunque tengo que decir también que esta facultad tenemos el privilegio de que haya espacios de debate durante algunas clases- tengo amigos que en otras facultades viven día a día el síndrome de alumno-botella vacía/ profesor busto-parlante...pero no se trata de mirar lo que hacen otros sino de ver qué queremos nosotros.

No hay comentarios: